Por fin un país se atreve a retar al poderosísimo lobby internacional de los intermediarios culturales. En RTVE se comenta la siguiente noticia: "Brasil prepara una ley de descargas opuesta a la española" (es decir, buena). Tras el aclarador titular descubrimos que lo que pretende el gobierno de Lula es imponer un canon a las telecos para que con su importe se retribuya a los autores, garantizando a su vez el derecho a la copia privada y a que las obras descatalogadas pasen al dominio público.
Merece la pena el artículo, sobretodo porque se constata que, al contrario que en España, en Brasil el Gobierno no legisla para el lobby, sino para los ciudadanos (al menos, en este espinoso tema).
Merece la pena el artículo, sobretodo porque se constata que, al contrario que en España, en Brasil el Gobierno no legisla para el lobby, sino para los ciudadanos (al menos, en este espinoso tema).
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