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Entrando al trapo con BlockChain

Desde que escribí mi anterior entrada, una breve reflexión sobre Blockchain, he seguido 'dándole vueltas' al tema, leyendo, asistiendo a eventos, etc.. Y creo que ya puedo plantear cuestiones que no son ni evidentes ni nimias, y a las que habrá que dar solución en breve. No tocaré aspectos técnicos, tranquilos.

Blockchain se encuentra ahora en un estado similar a como se encontraba la Web en 1994. Esta reflexión ya la he leído y oído más de una vez (a William Mougayar y a Pep Lluis de la Rosa), en el sentido de que aún no sabemos todo lo que la tecnología Blockchain va a permitirnos hacer, igual que casi nadie imaginaba en 1993 en el CERN hasta dónde iba a llegar la tecnología web que regalaron al mundo entero. Es evidente que su primera aplicación han sido las criptomonedas, pero no será la única. La trazabilidad, la seguridad y la transparencia que aporta Blockchain son unos activos muy útiles para muchas de las actividades actuales, como la fe pública, ahora en manos de determinadas personas o instituciones. Aspectos tan importantes para todos como la lucha contra el fraude, las elecciones (como se demostró en el excelente taller organizado por la Cátedra de Transparencia y Gestión de Datos de la UPV en la TechFest'2018)  o la trazabilidad alimentaria pueden apostar a que en el futuro (o en el presente) harán uso de esta tecnología (vía José Manuel Calabuig).

Leyendo este excelente artículo de Victor Almonacid, creo que debo puntualizar algunas de las cosas que menciona, y que, sobretodo, son importantes para el uso de esta tecnología en la Administración Pública.

Lo primero, debe quedar claro que habrá tantas Blockchain como se quieran crear, cada una con su protocolo y sus reglas de participación. Las Blockchain públicas, como aquellas que se usan para las criptomonedas, o para Interplanetary File System (IPFS), tienen algún mecanismo de recompensa para los nodos que intervienen en la validación de las transacciones y en el almacenamiento de las copias distribuidas de las mismas. Por ejemplo, en Bitcoin cada cierre de bloque se recompensa con 12 BTC. En una Blockchain para las AAPP (¿quizá corriendo sobre la Red SARA?) eso no puede ser así, dado que hay problemas, sin ir más lejos, de índole legal:
  • ¿Con quién firmará la AAPP el contrato de prestación de servicios para poder pagar esas recompensas si cualquiera puede ser un nodo de esa Blockchain y recibir recompensas por su trabajo, de acuerdo a las reglas establecidas en esa cadena de bloques?
  • ¿Cómo se calculará el coste estimado del servicio recibido, teniendo en cuenta que las transacciones que se validen se desconocen a priori y que si se paga el servicio en alguna criptomoneda ésta puede fluctuar?
  • ¿Puede una AAPP española pagar en una moneda diferente del euro estos servicios?
Por tanto, la primera conclusión es obvia: la Blockchain adecuada para las AAPP no debe estar basada en la recompensa, ni ser pública (en el sentido de que cualquiera pueda desplegar un nuevo nodo en la misma), sino que debe estar basada en el mutuo beneficio y apoyo entre las diferentes entidades que formen parte de la Blockchain.

Las posibilidades que traería consigo crear una Blockchain de las AAPP españolas (o incluso europeas) son enormes. Por ejemplo, cada una de esas AAPP podría ejecutar sobre la cadena de bloques los smart contracts que le hiciesen falta para su gestión, sin preocuparse de aspectos como la confidencialidad, la disponibilidad, la trazabilidad, la autenticidad y la integridad de los datos almacenados en la misma, ya que de eso se encarga la propia tecnología. También podría utilizarse para que los ciudadanos pudiesen votar tranquilamente (y de forma segura y válida) desde su teléfono móvil cualquier tipo de consulta, desde las orientadas a la participación ciudadana hasta las de elección de representantes al Parlamento Europeo. la excusa para no consultar a los ciudadanos del coste de organización se esfumaría, mejorando la Democracia, la transparencia y el buen gobierno. Sin embargo, como todo en esta vida, Blockchain (o mejor dicho, su uso) no está exenta de riesgos, que merecen ser estudiados y sopesados con tranquilidad. Pero no con mucha tranquilidad, o el tren nos volverá a dejar en el andén.

Hay cuestiones menores, casi filosóficas, sobre la ventaja de la desaparición de intermediarios. En realidad, en Blockchain no se "des-intermedia", sino que se "re-intermedia", merced al concepto de confianza distribuida que se consigue mediante los mecanismos de consenso. Y en este tema no hay que caer en errores conceptuales: lo que todos entendemos como consenso no es lo que se entiende como tal en Blockchain. Por ejemplo, en Bitcoin una transacción se valida si seis nodos de la red la validan, aunque la red tenga diez mil nodos. Es un mecanismo a mi juicio excesivamente simple para los enormes requerimientos legales que tiene la Administración. Por ello las reglas que se implementen en la Blockchain para las AAPP deberán ser más estrictas.

Hay otra cuestión típica sobre Blockchain y es la característica de inmutabilidad, que nada puede ser borrado en la cadena de bloques. En mi anterior post yo mismo lo afirmaba, viéndolo como un problema para el Derecho al Olvido. Sin embargo, en una Blockchain privada, desde el punto de vista de que sólo las AAPP tendrían el acceso adecuado, y creada con las reglas que se consensúen, sí podría implementarse un mecanismo de eliminación de información, siempre que ese mecanismo esté totalmente integrado y aceptado en las reglas de la cadena de bloques.

Sin embargo, y pese a sus múltiples ventajas, veo prácticamente imposible que actualmente una iniciativa como una Blockchain de las AAPP tuviese el más mínimo atisbo de ser un proyecto exitoso: desde hace unos años hay un afán recentralizador clarísimo en la Administración Central del Estado, que va en dirección contraria a la filosofía Blockchain. Sin embargo, en otras circunstancias sería una ventaja que desde la AGE se impulsara un proyecto así, y que fuese la AGE quien fuera 'activando' los nodos necesarios de esa Blockchain (en AAPP de tamaño adecuado, como Comunidades Autónomas, Diputaciones y/o Grandes Ayuntamientos) y luego asignara los 'wallet' a cada una de las Administraciones Públicas del país, delegando si es necesario en esas mismas administraciones autonómicas o locales esa tarea.

Finalmente, quiero dejar clara otra cuestión: en una Blockchain pública puede almacenarse y validarse información privada, de forma confidencial. Esto hay mucha gente que no lo entiende, porque sigue pensando en Blockchain como soporte de transacciones económicas. Pero en una transacción en una Blockchain puede almacenarse virtualmente cualquier cosa que se beneficie de las propiedades de trazabilidad, seguridad y transparencia que ofrece la tecnología. Por ejemplo, actas de tribunales de Tesis de Fin de Master ;-)

P.D.: El artículo de Wikipedia en castellano sobre Cadena de Bloques es sencillito, pero clarito.

P.D. 2: Si asistís a alguna conferencia sobre criptomonedas quizá oigáis una afirmación sorprendente: "El dinero se crea de la nada". Y no es broma.

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